S12 W75 cazada

Confluencia S12 W75
Departamento de Junín


Antesala

Como buenos madrugadores, cuatro cazadores de Confluencias Peruanas partimos de Lima a las 4:00 am del sábado 08 de octubre, rumbo al este, hacia la ciudad de Huancayo, con la esperanza de poder alcanzar la confluencia ese mismo día.
Llegamos a Huancayo a las 10:00, luego de cruzar la Cordillera Central pasando por el fantástico paraje de Ticlio (el cual sólo el piloto de turno –Janet– disfrutó, ya que los demás dormíamos como lirones).
Esta ciudad nos recibió con una lluvia suave pero persistente que sembró una primera duda sobre la posibilidad de alcanzar la meta trazada. “La temporada de lluvias se ha adelantado” nos decían los huancaínos, “arriba en el Huaytapallana debe estar mucho peor el clima y la carretera se pone muy difícil”. Sin embargo, Robert con su corcel rojo, su vehículo citadino con complejo de 4x4, nos devolvió la seguridad cuando sin dudar sentenció que sí, que intentaríamos aproximarnos. Es así que buscamos la ruta que lleva al nevado Huaytapallana, por donde deberíamos continuar para arribar a la coordenada previamente elegida e iniciar la aproximación.
Luego de recorrer casi 50 km en una carretera afirmada, con tramos llenos de fango y caídas de piedras en curso, llegamos al punto más cercano a la confluencia al cual se puede llegar en un auto que… hay que reconocerlo, no es una 4x4. A este punto llegamos a las 13:00 bajo una lluvia permanente y una visibilidad de 15 metros. Nos percatamos que por allí no transitaba ni un alma y pensamos “Uy, no hay ni donde alojarnos por estos lados… ¿qué hacemos?”. Tampoco teníamos comida para 24 horas… sólo unos tristes pancitos y algunos snacks para la caminata, lo único que nos sobraba era el frío. Sabíamos que si no lo intentábamos esa misma tarde con todo y lluvia, no tendríamos fuerza ni ánimos para hacerlo al día siguiente. Fueron unos quince minutos de profunda duda hasta que por fin decidimos “vamos ¡ahora o nunca!”. Y así fue.

La cacería

A las 13:15 comenzamos a caminar, y en la medida que nos aproximábamos a la meta, la lluvia comenzó a amainar. Pudimos disfrutar de un hermosísimo paisaje… de tan sólo algunos metros alrededor pues la neblina era bastante densa. Los últimos 100 m antes de la cacería debían ser los más delicados, ya que la confluencia se encontraba en una pendiente de 45° que no sabíamos si sería de roca mojada o de pastos e ichus. A esa distancia aprovechamos para almorzar y estudiar los próximos pasos a dar, ya que la neblina era aún un cielo raso de cubría todas las cumbres y cortaba a las montañas a la mitad.
Nuevamente un golpe de suerte hizo que justo en ese descanso la neblina se levantara 20 metros más, lo suficiente para poder evaluar y memorizar el camino a seguir.

Media hora después ya estábamos cazando los ceros mientras el reloj marcaba las 16:00 horas y el altímetro 4308 msnm. Ya de bajada, con la satisfacción del logro alcanzado y en comunión con la naturaleza, (¡claro, si teníamos a la naturaleza metida en nuestras botas!) pudimos ver un poco más de la belleza del lugar que se mostró poco a poco, quizás tímida, misteriosa, seguramente mágica.

Cazadores

- Liz Coraje
- Janet Ramon
- Robert Haselsteiner
- María Eugenia Viloria


Fotografías

GPS marcando la confluencia

El team de esta cacería

Ruinas de la zona

Flor del lugar